La anemia es una enfermedad muy frecuente en las personas la cual consiste en la disminución o escases de glóbulos rojos en la sangre, o también se presenta por la ausencia suficiente de hemoglobina en los glóbulos rojos la cual tiene un alto contenido de hierro por lo que caracteriza el color rojo propio de la sangre. La función esencial de la hemoglobina es conducir oxigeno desde los pulmones al resto del cuerpo.
El padecer anemia hace que el paciente se sienta en primera instancia muy agotado, cansado o débil lo que se presenta por la falta de oxigenación en todo el cuerpo. Esto conlleva si no es tratado a mareos, dolor de cabeza pérdida de la fuerza para mantenerse en pie y desmayos.
Esta enfermedad requiere al igual que muchas otras un adecuado tratamiento oportuno, toda vez que su avance provoca daños perjudiciales en el corazón, el cerebro u otros órganos vítales.
La anemia se presenta esencialmente por dos sucesos claros: la pérdida de sangre y/o La escasez baja producción de glóbulos rojos o destrucción de glóbulos rojos por factores externos o autoinmunes, aunque en casos menos frecuentes pueden ser otros los factores incidentes.
La pérdida de sangre es la causa más frecuente de la anemia la cual se presenta en hemorragias nasales, cortes accidentales, periodos menstruales anormales en el caso de las mujeres, incisiones en cirugías entre otras; la falta o escasez de glóbulos rojos se puede presentar debido a diferentes factores producidos por sucesos externos tales como: una inapropiada alimentación siendo esta la más frecuente, otras enfermedades y efectos secundarios de tratamientos químicos también conllevan a una baja producción de glóbulos rojos; por otro lado también pueden influir enfermedades hereditarias o influenciadas genéticamente donde su tratamiento tiende a ser estrictamente por médicos especialistas en la materia.
El tratamiento de la anemia incluye diversos procesos dependiendo de su avance o gravedad, lo primero que se debe hacer al igual que para muchas enfermedades comunes es optar por una buena y apropiada alimentación, en este caso el consumo de alimentos ricos en hierro y si es necesario optar por suplementos de hierro, vitaminas del grupo B12 y ácido fólico al igual que otras vitaminas y minerales recomendadas por un profesional de la salud. En casos más severos o agravados medicamente y con estricta supervisión profesional se opta por corticoides, medicamentos inhibidores del sistema inmunitario, o transfusiones sanguíneas.
Para prevenir la anemia una dieta alimenticia adecuada es fundamental, de igual manera la prevención de pérdida de sangre y tratamiento adecuado a otras enfermedades como gastritis, ulceras o infecciones previenen esta enfermedad.