El azafrán es una planta originaria de Hacia, la cual se utiliza desde épocas antiguas como colorante de alimentos y como agente medicinal, gracias a sus múltiples propiedades curativas, antivirales, y microbianas, es utilizado para tratar enfermedades como la viruela, varicela y sarampión.
Sin embargo, según estudios toxicológicos realizados a esta planta, han dado a conocer que la mayoría de sus componentes presentan un grado elevado se toxicidad semejante a venenos u otras sustancias químicas peligrosas como el arsénico.
Composición del azafrán.
Crocetina: Es la sustancia encargada del pigmento o de aportar el color intenso del azafrán, es un componente que le aporta a la planta propiedades anticancerígenas, coleréticas y ayudan a disminuir el colesterol, siempre y cuando se consuma en cantidades mínimas.
Picrocrocina: Este componente es quien da el sabor amargo al azafrán, además de proveer a la planta efectos estomaquicos especiales en problemas de apetito.
Cricina: Es la sustancia que acompañad de la crocetina, aportan el color característico del azafrán, además es un elemento de la planta que estimula la producción de bilis en el hígado y mejora la digestión.
Síntomas de una intoxicación o envenenamiento por azafrán.
Adormecimiento: Es una reacción provocada por los efectos sedantes del azafrán.
Vomito: Es la devolución del contenido estomacal, que se genera como defensa del organismo intentando eliminar las sustancias agresivas.
Supresión de la médula ósea: Esto sucede cuando las sustancias del azafrán impiden la producción normal de células sanguíneas en la médula ósea.